sábado, 8 de agosto de 2015

Esfínteres de diamante.



“Cortar bulones con el culo”, hipérbole altisonante de la “baja cultura” para expresar la incertidumbre generada por una situación donde NO se tiene el control de los acontecimientos.

Ahora bien; el desasosiego de la duda no implica, necesariamente, la ausencia de certezas que habitualmente no solemos tomar en consideración.

Sea por pereza, inopia, o directamente sesgos cognitivos.

La imagen superior es el mapa temático que mas disfruto de mi mangaka favorito, @andy_tow.

Donde queda ponderada la diversidad de los pesos electorales de provincias y distritos, más allá de la “engañosa” imagen de superficie (Km2) y los grandes totales sin discriminar de los resultados del domingo.





El cambio, o continuidad, de las tonalidades cromáticas es una primera aproximación a las relaciones de poder existentes; no solo entre las fuerzas políticas y sociales “nacionales”, sino también hacia adentro de las propias coaliciones.

Ejemplo, Macri podría cuadruplicar o septuplicar los sufragios de Sanz; pero si este ultimo lo supera en las provincias periféricas; ¿Quién tiene la sartén por el mago, el PRO o la UCR?

Otro indicio de las peculiaridades de las PASO es el llamado “efecto Duhalde”.

¿Dónde irá el voto útil de los “perdedores”?, sean cuales sean estos.

¿Republica o Peronismo?

¿Lo “viejo pero no obsoleto”, o lo “nuevo pero disfuncional”?

¿Modernidad globalizadora, o populismo vernáculo?

¿Twitter y otras redes sociales digitales, o “rastrillaje” decimonónico analógico?

El estimado Compañero y amigo @omixmoron, que está abusando de WD40 al igual que el resto de Oppos y Offos, me responsabiliza por la nota publicada en El País de España.

La periferia de Buenos Aires vive una batalla dentro del peronismo

Las localidades cercanas a la capital son el epicentro de las luchas clave de las elecciones

Guía para seguir las elecciones primarias



En realidad prefiero la nota del monárquico ABC.

“Así, encontramos una página (deshonestidadintelectual.blogspot.com), que analiza la invasión de Gaza desde una óptica un tanto diferente: «(...) se basa en los objetivos a destruir.

Públicamente se afirma que son depósitos de armas, pero en la realidad se demuelen los servicios básicos de la población civil.

Agua, electricidad, comunicaciones, oficinas gubernamentales.

(...) llevan a la población a la Edad de Piedra, o el Medioevo.

El caos generado busca no solo debilitar la moral civil, sino saturar a los responsables políticos con los problemas logísticos».




Nadie se atrevería a negar que en el territorio de Gaza su población ha logrado una mínima “Sociedad Civil”; aun ante las dificultades internas y externas, de público conocimiento, de formalizar un “Estado”.

Sin embrago, ese reconocimiento de una Sociedad Civil compleja y articulada en el GBA es negado de plano por la Intelligentsia, sean las Burocracias Académicas o las Burocracias Culturales.

Como lo planteo Merklen, los Ciudadanos Pobres o Pobres Ciudadanos, por ser Pobres no dejan de ser Ciudadanos; y suelen actuar en consecuencia.

Los defensores de las tesis de los Sectores Medios como motor de la Historia, terminan por tener más empatía social por las “especies en peligro de extinción” que por sus conciudadanos del otro lado de la ancha avenida en homenaje al General Paz.

Los caracterizo como gueto porque piensan y actúan con mentalidad de gueto, que tiene correlatos sociológicos y antropológicos; aunque en el barrio los llamen cabeza de termo.

O psicosis de country; “afuera” están los zombis y “adentro” los psicópatas.

La verdad; ya estoy bastante podrido de los discursos y relatos, refritados una y otra vez, del AlfonCinismo de los 80.

El rostro humano de la Cría del Proceso, que viven justificando su propia incompetencia por la “perversidad peronista”.

Si la guía espiritual y gurú de la Renovación es la Lilita de 2007, así como lo fue y sigue siendo del kirchnerismo emocional la Lilita 2003; yo paso del brebaje psicodélico.

En fin, es lo que hay, que gane el que pueda; porque querer quieren todos. 

Poder y sus maquinas, los villanos de la burguesía que nunca mueren.