jueves, 4 de junio de 2015

Los niños de Stalingrado, historias ocultadas del peronismo de los 80 y 90.



Los últimos que vieron a Perón vivo, pero no tenían edad para votarlo, 1956 a ¿1964?

En medio de la aniquilación física, 24 de marzo de 1976, y simbólica, 30 de octubre de 1983; nadando contra la marea de la Trilateral, que jugaba con los dados cargados.

El quiebre de lo Defensivo a la Ofensiva fue el 10 de julio de 1988, un quinquenio contra TODO el universo mediático, sin cajas o cajas vaciadas como la de la PBA.

Ya no se podía proclamar impunemente que Peronismo = Caos, porque comenzaba la leyenda de la máquina de Poder, que se lanzaba sin hesitar al centro de los Incendios, cuando los “otros” preferían esquivarle al bulto; 1989 y 2001.

Esos pibes que tenían entre 10 y 18 años en 1974, 19 a 27 años en 1983; en 2015 son la masa de maniobra que toman la posta de los setentistas.

Pero fueron los sesentistas, la Resistencia vieja del 55 al 70, los que les inculcaron la importancia de la eficacia administrativa; 90% frazadas y polenta y 10% fusiles y pistolas.

Una brutal capacidad de trabajo, orientada al resultado más que al relato, donde no importa el color sino las presas logradas.

No hables, actúa

No digas, demuestra

No prometas, pruébalo

Horroriza a los Garfield, gatos castrados por el apoltronamiento, más preocupados por la “limpieza de sangre” que por el proselitismo articulador.

Lo político como juego, despiadado y formidable, pero que en Democracia es tan interminable como un campeonato de 30 equipos ida y vuelta.

Si no se muere en el intento, cada dos años hay revancha, solo hay que volver a ponerse en la cola. 

Bienvenidos a las PASO 2017 y 2019, los que aun sigan vivos.

@HaL______ candidato a vice de Daniel Osvaldo.



Sciolista de Izquierda primigenio, Otoño del 2013 en Morón, cuando nadie daba un mango por Mancuso, le escupió el desafío en la cara al Progresista de Derecha Omixmoron.


Pero no se trata de merecimientos, sino de las necesidades de Daniel Osvaldo, acosado por la perrada P si no llena las expectativas.