viernes, 25 de abril de 2014

“Alianza de Clase”, rechazando el rechazo, por Luis Gregorich.


¿La alternativa del recién nacido frente podrá resultar competitiva frente a la propuesta binaria del peronismo?

Parece improbable, aunque no imposible; hay un año y medio por delante.

Sea como fuere, sostenemos desde hace tiempo que existe una forma de reunión opositora que emparejaría la disputa electoral y proporcionaría un mayor sentido al voto.

Esa coalición, o como quiera llamársela, debería sumar a Pro, de Mauricio Macri, más vale pronto que tarde, con la vista puesta en un único candidato presidencial para 2015.

Entiéndase bien: un único candidato para la primera vuelta.

En caso contrario, no lo habrá para la segunda.

Se han escuchado respetables voces que rechazan de plano esta posibilidad.

Rechazamos el rechazo: nos parece que existen argumentos para apuntalarla, tanto desde el punto de vista político y electoral como desde el ideológico y programático.

Y siempre es una discusión que vale la pena emprender.

¿Por qué decimos que si la alianza de centroizquierda y Pro marchan, cada uno, en solitario, lo más probable es que no alcancen a pasar a la segunda vuelta?

Ello se debe, entre otros factores, y antes que nada, a que en buena parte atraen a los mismos sectores de votantes (hablamos en especial de las clases medias y medias bajas urbanas), y por consiguiente ese caudal se dividirá.

También las hostilidades de campaña se nutrirán de esa división, y a su vez la incrementarán.

Nada garantiza que reunir a Macri con la centroizquierda sume matemáticamente sus votos y no pierda algunos por el camino.

Nada asegura que Macri acepte dar este paso.

Pero es una apuesta razonable.

Esta nueva coalición haría un buen papel en varios de los grandes distritos (ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza), reforzaría sus opciones en provincias chicas y medianas, y evitaría un resultado apabullante en la provincia de Buenos Aires, donde persiste la debilidad de los partidos no peronistas.

Tendría, si llega al ballottage, tanta o quizá mayor capacidad de tracción de votantes dispersos que el seguro rival peronista.
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La Concertación chilena, próxima a nosotros, y la gran coalición alemana, más alejada, son ejemplos típicos de esta desideologización que, de cualquier modo, nunca llega a ser absoluta.

Los "relatos" pueden ser diferentes, las antipatías o las bendiciones personales no dejan de ejercer su influencia, pero el hecho es que estos frentes "contradictorios" gobiernan, y hasta suelen ser reelegidos.

El populismo peronista, transideológico y transinstitucional, no tiene autoridad para criticar estas aproximaciones políticas cuando en diversas etapas de su historia ha incorporado, sin otro requisito que la capacidad de obediencia y olvido, expresiones extremas de la derecha o la izquierda.

¿Cuál debería ser el programa mínimo de esta nueva coalición opositora, teniendo en cuenta que su oferta estaría dirigida a una sociedad que ya parece haber agotado sus reservas de confianza en los líderes políticos?

¿Cómo evitar que otra vez escuchemos la (verosímil) muletilla de que sólo el peronismo puede gobernar?
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No se trata de divagaciones sobre supuestos acuerdos de cúpula en el siempre imprevisible ballottage.

Tengan, señores dirigentes, el coraje y la falta de prejuicios para unirse, lo antes posible, e iniciar la construcción de un nuevo bloque histórico, una nueva república social, después de setenta años de predominio populista.

No tienen el éxito asegurado, porque enfrente está un adversario que conoce la administración del poder y tiene tanto derecho como ustedes a gobernar en democracia, pero sí un pronóstico más auspicioso que la inapelable derrota de los asustados y los divididos.



¿Qué se puede agregar a lo pronunciado por el autor de “La Republica Perdida”?

Lo primero, y fundamental, la “perturbadora convergencia” con los análisis y disquisiciones publicados en este blog; desde 2007.

No se trata tanto de la “genialidad propia”, que no existe, sino mas bien que lo “Real” del devenir ha “demolido” los “constructos” ajenos.

Por lo tanto, más que “hablar de giros” ideológicos, estamos frente a la “prepotencia”  del “Ser” de una Sociedad Civil que “sopapea” las “Ilusiones” del “Deber Ser” de las Elites argentas.

El “llamamiento”, angustiado desde ya, a una “Alianza de Clase”; los tan “deseados” Sectores Medios o “lagente”.

Y, a la vez, reconocer que por sí solos NO ALCANZA.

Siendo apenas un “abroquelamiento” defensivista frente al “asalto” de las “hordas demagógicas” encuadradas por Clientelistas y Burócratas.

La “Guerra Cultural” por la Hegemonía no solo es Real; sino que, además, la están perdiendo por paliza.

Ya que, a nivel de “Praxis Organizativa”, los “individuos” decimonónicos se ven “superados” por las “Masas” de Canetti y Deleuze.

Que hasta tienen el tupe de “subvertir”, mediante Clausewitz, los conceptos de John Holloway.

“El capital populismo invita constantemente a los que se oponen a él a meterse en su terreno de organización.

Araña inteligente:

Si se oponen a nosotros, organicen un partido para ganar el control del estado por la elección.

Si no pueden hacer esto, organicen un ejército para vencernos y ganar el control del estado por esa vía.

Si eso es demasiado extremo para ustedes, pueden organizar una ONG y ayudarnos en el proceso de formación de políticas”

¿Que son las PASO?, sino una “Invitación” (sometimiento de la Voluntad) a los “Oponentes” a “competir”.

Porque las “apariencias”, que no es más que “data” no contrastada “empíricamente”, indicarían que “solo el peronismo puede gobernar la Argentina”.

Desde “La Republica perdida” y “No habrá más penas ni olvido” de 1983, como “nadir” del peronismo, al “cenit” actual; implico una “Larga marcha” cultural de 30 años.

Aunque hay mas semejanzas del vía crucis del Compatriota latinoamericano Capitán Prestes que de Mao y los suyos.

Abel Fernández me pregunto, hace muy poco, sobre lo que “aprendimos”  quienes “nos quedamos  en la Plaza del 1º de Mayo de 1974”.

La “respuesta” más adecuada, en mi insignificante opinión, la dio Verbitsky; uno de los “responsables políticos” de la “ruptura”.

“En el peronismo, los Derrotados corren raudos en auxilio de los Vencedores…”, y agrego por mi cuenta y riesgo, “…y los Vencedores los esperan con los brazos abiertos”.

Por negarnos a ser “sectarios y excluyentes” florecen las caracterizaciones de transideológico y transinstitucional”.

Sospechándonos de obediencia y olvido”  “irrestrictos”, en base a SUS propios Prejuicios sociales.

Si bien el Peronismo ES un Populismo, hace generaciones que SUPERO la fase “Carismática”; 12 de Junio de 1974.

Y, más que un ¿Populismo 2.0?, como “Partido Dominante” de Sartori; parecería que “evoluciona” hacia una fase 3.0, ¿una “Cultura Hegemónica”?

Expresándolo en el lenguaje de los medios audiovisuales masivos:

“Somos los Borg.
Prepárense para ser asimilados.
Sumaremos sus características biológicas y tecnológicas a las nuestras.
La resistencia es fútil.”

Reconozco que la metáfora es burda, ¿qué se puede esperar de un “predicador callejero”?

Pero, mientras no se genere una corriente “revisionista” que “analice desprejuiciadamente” las últimas décadas, ES LO QUE HAY.

Y, con lo que tenemos que OPERAR en el MUNDO REAL.

La Argentina NO ESTA CONDENADA al peronismo, que lo CREAN los OTROS, si no les “da la cabeza” porque se las “limo” el “Paco ideológico”.

El "Einfühlungsvermögen" de nuestra propia “Weltanschauung”, el NOS-OTROS  “misional” para IN-CORPORAR, es lo que nos permite “articular lo heterogéneo”; no solo nos “diferencia”, es la “razón” de la “supervivencia” en base al “aprendizaje” perpetuo.


La anarquía y la unidad son una sola y misma cosa, no la unidad de lo Uno, sino una más extraña unidad que sólo se reclama de lo múltiple.


Características generales de la masa

La masa siempre quiere crecer:

No existe ningún límite preestablecido que circunscriba el número de integrantes de una masa a una totalidad definitivamente cerrada.

Por el contrario, la masa siempre tiene el impulso de acrecentarse (incluso las masas cerradas tienen la posibilidad de estallar, convirtiéndose así en una masa abierta).

En el interior de la masa siempre reina la igualdad: en el fenómeno de la masa las diferencias entre los individuos se diluyen en pos de la fuerza común; se trata de un cuerpo en el que todos los elementos son iguales en la medida en que están fundidos en un mismo cuerpo unificado.

La masa ama la densidad: la densidad se refiere a la proximidad anímica y puramente física de los cuerpos que integran la masa.

En la formación de una masa se invierte el temor a ser tocado por el otro, el temor a transgredir los límites individuales de la persona, con lo que aparece una formación en la que los integrantes de la masa se encuentran en constante contacto los unos con los otros sin importar el "quién" particular de cada uno de ellos.

Las masas aman la densidad dado que propician y auguran ese contacto indiscriminado de los unos con los otros en pos de la unidad general.

La masa necesita una dirección: la masa "está en movimiento y se mueve hacia algo".

Para la subsistencia misma de la masa y para la prevalencia del sentimiento de igualdad entre sus integrantes es fundamental que exista una meta común que esté por encima de las metas individuales de los integrantes.

Esta dirección funge como elemento de cohesión de la masa siempre y cuando sea una dirección común e inalcanzada.


Es verdad que, en el centro, las comunidades rurales quedan atrapadas y regladas en la máquina burocrática del déspota, con sus escribas, sus sacerdotes, sus funcionarios; pero, en la periferia, las comunidades emprenden una especie de aventura, con otra clase de unidad, nomádica en este caso, en una máquina de guerra nómada, y se descodifican en lugar de dejarse sobrecodificar.

Hay grupos enteros que se escapan, que se nomadizan: no como si retornasen a un estadio anterior, sino como si emprendiesen una aventura que afecta a los grupos sedentarios, la llamada del exterior, el movimiento.
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Pero, por otra parte, el nómada no es necesariamente alguien que se mueve: hay viajes inmóviles, viajes en intensidad, y hasta históricamente los nómadas no se mueven como emigrantes sino que son, al revés, los que no se mueven, los que se nomadizan para quedarse en el mismo sitio y escapar a los códigos.


PD sobre el “nadir”; después de las elecciones de 1983 ni siquiera teníamos la “intemperie” que tanto TEMEN los no peronistas.

Sin la “justificación” de ser “electoralmente” la “mayoría automática”; solo quedaba “juntar los pedazos” y poner TODO a “análisis y discusión”.

El resultado es el “cenit” actual.



PD 2, para quienes siguen considerando al peronismo como una “patología” argenta, el siguiente video para "darles la razón", jijijiji.