sábado, 3 de noviembre de 2012

Agosto 2013...


Organización y Poder Popular; gracias Eddie


El fraude electoral en los Estados Unidos: instrucciones para su preparación.




En este país el voto no es obligatorio. Muchas de las diferencias que percibe una argentina como yo deben de haberse esculpido en la identidad pública a partir de esa decisión institucional.

Cuando el voto es obligatorio hay que buscarlo por todas partes y llegar a los lugares más alejados de la política y del poder. Cuando no es obligatorio, hay que obtener que la gente se inscriba para votar.

Pero esa etapa ya terminó. Estas semanas son las del esfuerzo por llevar a los ciudadanos hasta el lugar del voto, el día de las elecciones.

Obama y Romney, ambos, dan la impresión de que les resultará más sencillo llevar a los integrantes de las capas medias que a quienes pueblan los lugares donde la fortuna no fue benevolente. Por eso han concentrado el foco en las capas medias.



Inconstitucionalidad del voto electrónico en Alemania.



Alemania: urnas electrónicas anticonstitucionales.





Voto electrónico, descartado. 

La Corte Constitucional alemana afirma algo que muchos políticos y consultores olvidan: 

“En la República la elección es cosa de todo el pueblo y asunto comunitario de todos los ciudadanos” y que la función del proceso electoral es la “delegación del poder del Estado a la representación popular”. 

Por ello, su legitimidad no puede ser sacrificada en función de la comodidad de funcionarios o la ansiedad de políticos por conocer los resultados.

La sentencia tiene una amplia aceptación en la opinión pública. 

Esto se explica por el hecho de que en pocos países la administración pública y privada está tan informatizada como en Alemania y es precisamente este conocimiento de lo que una computadora puede y lo que no puede hacer, lo que genera la demanda popular de saber qué sucede dentro de la computadora electoral. 

No es casual que quienes impugnan sean especialistas en elecciones y en software.

Esto resulta un golpe muy fuerte para aquellos que intentan encontrar soluciones “mágicas” disfrazadas de tecnología para compensar una institucionalidad debilitada. 

Un procedimiento no soluciona problemas estructurales.