jueves, 2 de abril de 2009

¿Por qué Alfonsín no fue De Gaulle?

La primera vez que escuche su nombre fue en el 71, había pasado de 1º Industrial a 2º Bachillerato.


Tenía 8.25 de promedio, pero me había llevado Taller a Marzo; miope, zurdo frustrado y las imprecisiones de la pubertad me convirtieron en inhábil para las herramientas.


Ya comenzaba a ser hegemónico el eslogan “Ni Votos ni Botas, Fusiles y Pelotas”.


Para entender la Época no hay que olvidar a la Juventud Radical Revolucionaria, Cherasny y Pascual; o la Toma de los Quirquinchos, Santa Fe, por los ¡Demoprogresistas!


La posibilidad de “la salida electoral” me parecía menos costosa que la “insurrección popular”, no porque fuera un enano sabio, tenia el privilegio de viejos familiares con una tradición de lucha de mas de ½ siglo.


Así que no le veía el lado romántico a la Revolución, y las elecciones del 57 al 65 eran pruebas suficientes de que se podía romper la “trampa electoral”.


Esta postura “demoburguesa”, que me dejaba en minoría, me permitió conocer en profundidad a un profesor que también era minoría en su partido.


Don Hipólito, todos los radicales tenían como segundo nombre Hipólito o Leandro, era un seguidor de RA.


En las charlas que teníamos, en realidad me estaba meloneando, me explico el Proyecto.


Que era lógico y simple.


Perón y Balbín eran hombres de edad, como mucho vivirían entre 5 a 10 años.


Sin Perón como aglutinador, el peronismo estallaría; y aunque ganáramos la elección no teníamos experiencia de gestión, sumado a la violencia interna terminaríamos en un desastre.


Ellos, aun no eran Renovación y Cambio, serian quienes tomarían la posta desde el radicalismo.


El peronismo solo seria un hiato histórico, nacido el 17 de Octubre, en la centenaria historia de la UCR.


En realidad querían volver al 43, cuando la Intransigencia le disputaba a los alvearistas la Conducción.


Mi objeción principal era la visión elitista de este neo Lebensohnismo, que no tomaba en cuenta la autonomía de las Masas.


Para quienes no lo recuerden, Moisés Lebensohn (hermano del alma de Evita) creía que era necesario un cuerpo social con capacidad docente, para que el Pueblo madurara.


Una Vanguardia benevolente e ilustrada a cargo del Estado, lo que después se llamaría “Clase Política”; muy similar al "pactismo" Venezolano y Colombiano, o a los “elencos” chileno y uruguayo.


La vorágine de los setenta hizo pasar a un segundo plano a RA, y recién tomo visibilidad para mí el 12 de Setiembre de 1979; hacer clic aquí .


Estuvo junto a Bittel y Herminio Iglesias; pero no en su condición de Radical, sino como miembro de la APDH.


Balbín y Contin mantuvieron al margen a la UCR, muchos de sus miembros soñaban con ser la Cría del Proceso.


Si alguien puede acceder a la Lista de invitados al Asado de Victorica le agradecería que me la enviara.  


“Según crónicas de la época, durante el festejo se consumieron 7 toneladas de carne, 2.500 metros de chorizos (2 mil kilos), 3 mil kilogramos de pan, otro tanto de tomates, 5 mil de hielo, 5 mil litros de bebidas y 400 mil kilogramos de leña,…”

 


En fin, para hacerla corta llego el 83, y el Proyecto ya maduro nos paso por encima.


El Sujeto histórico dejo de ser el Proletariado para ser los Sectores Medios, el UNICO intermediario entre el Pueblo y el Estado seria la Clase Política, encuadrada en los Partidos Políticos.


Pero mi objeción a mi querido amigo y profesor se demostró tan certera como sus afirmaciones.


En la Argentina ya no era posible una “elite benevolente” como en España o Italia, la dinámica social con sus movilizaciones desbordaba cualquier marco rígido.


El Juicio a las Juntas, que originalmente seguía el modelo griego, hacer clic aquí; término estallando en una impugnación global contra los Autores Materiales del Proceso.


Por supuesto los Autores Intelectuales aprovecharon para mimetizarse como los "Capitanes de la Industria".


Hago un alto para contradecir al Compañero Menchevique Artemio; él, como muchos Progresistas hablan livianamente de Pacto de Impunidad en el 83.


Están firmemente convencidos que los peronistas nos habríamos comportado como los Chilenos , Uruguayos , Brasileños y Sudafricanos.


Que caeríamos en el mismo Horror que la Concertación , el Frente Amplio, el PT y Mandela con su CNA.


Demonizarnos, cuando se hablan maravillas de quienes mantuvieron los “Pactos de Reconciliación” , solo demuestra los prejuicios pequeñoburgueses.


Ya somos grandes, y nos conocemos de memoria; como dijo ese gran compatriota y gaucho judío, Chacho Jaroslasky: “no hay problema en contarnos los pelos del culo”


Cuando se recuerdan los Paros de la CGT, se olvidan que las vanguardias estaban integradas por muchos compañeros que hoy están en la CTA.


La proletarización de los Docentes termino convirtiendo a la CTERA en la Confederación más numerosa y Combativa; ¿recuerdan la Marcha Blanca de 1988?


Para más datos ver Suteba en Wikipedia,hacer clic aquí.


Todavía debo explicar la comparación con De Gaulle, como él, Alfonsín quiso regenerar y refundar la Republica.


La III había dado paso en 1945 a la IV, pero seguían los problemas de inestabilidad económica y política, que se sumaban a las guerras coloniales de Vietnam, Suez y Argelia.


La Patria de la Revolución Burguesa por excelencia, se había rebajado al nivel de una Republiqueta bananera.


Quienes me leen seguro que conocen, o han visto, “La Batalla de Argel”, un paradójico manual de instrucciones para la guerrilla y la contrainsurgencia; el problema radica en que Pontecorvo omitió el desenlace político.


Aun quienes leyeron a Fanon o a Jean Lartéguy, recordar "Lost Command", se olvidan del Gambito Argelino. 


Abortar “Le putsch des Généraux”, hacer clic aquí; no solo libero a Argelia, también creo la V Republica, modelo de estabilidad aun con la Cohabitación. 


“Au nom de la France, j'ordonne que tous les moyens, je dis tous les moyens, soient employés pour barrer partout la route à ces hommes-là, en attendant de les réduire. 


J'interdis à tout Français et, d'abord, à tout soldat, d'exécuter aucun de leurs ordres”  


Perón consideraba este “gambito” una obra sublime del Arte de la Conducción, no solo subvertía la cadena de mando, inhabilitaba a los golpistas.  


Además, no hay que olvidar la Huelga  General por tiempo indeterminado, que se decreto después este llamado.  


En Semana Santa Alfonsín desaprovecho la oportunidad histórica, no solo era apoyado por el PJ Renovador, rechazo la propuesta de Lorenzo Miguel y Saúl Ubaldini.


Proclamar en la CGT, o en el Salón Blanco si así lo prefería el Presidente de la Nación, la Huelga General por Tiempo Indeterminado.


La respuesta fue Felices Pascuas.


Yo no creo que fuera un problema de miedo, era la movilización la que molestaba a Alfonsín, aun siendo un magnifico orador de barricada prefería los “ámbitos recoletos”.


Por eso, a pesar de su decadencia electoral, mantuvo una primacía indiscutible frente a sus pares.


Cafiero, Menem, Chacho Álvarez, Duhalde, Cavallo, Ibarra, Macri, De la Sota, Manzano, Bordón, Lavagna, etc.


Corrían presurosos a sus citas, aun cuando no pudiera ser elegido Intendente de Chascomus.


Un Radical de Pura Cepa, Félix Luna, dijo una vez que existían dos tipos de políticos exitosos.


Los que eran productos de su época; como Frondizi, Sarmiento, Pellegrini, Mitre, Alvear, Urquiza, o Menem.


O los que IMPREGNABAN un época;  Rosas, Roca, Yrigoyen.


Perón fue ineludible durante 30 años, Don Raúl lo fue durante ½ de siglo.


Pude desagradarnos, o no; pero es de necios negar que hemos vivido, y vivimos la Era Alfonsinista.


Por ultimo pego unas reflexiones de Denis Merklen, en el reportaje sobre la presentación de “Pobres Ciudadanos” 


La Argentina es un caso paradigmático de un doble recorrido, más fuimos ciudadanos, más fuimos pobres.


Contradice cierta lógica progresista ¿cómo puede ser que un país se democratice y se empobrezca a la vez?


Ni siquiera los países del Este europeo hicieron este camino, porque no se han democratizado cabalmente. 


………………………………………………………………


El peronismo tiene un capital simbólico, el de haber representado como nadie a la clases populares.


Y también ha sido el que mejor se adaptó a las nuevas situaciones, aun cuando contribuyó a destruir el mundo del trabajo.


Está mucho más atado con la realidad.


Hubo un momento clave, en el año ’87.


El alfonsinismo, que disputaba las clases populares con la renovación peronista, se encontraba con los ocupantes de tierras y se preguntaba cómo hacer para respetar la institucionalidad (violada por las intrusiones) y para no reprimir.


(El luego presidente Eduardo) Duhalde, en la Municipalidad de Lomas, dice “no me importa que las ocupaciones sean ilegales, eso es un hecho.


Yo hago mi política social a partir de ese hecho”.


El peronismo resolvió esa ambivalencia, sin muchos pruritos legales, ...