domingo, 23 de marzo de 2008

¿Quién es quien?, según Perfil

La antinomia campo-industria resulta ser falsa si se analiza lo que ocurre en el seno de la Unión Industrial Argentina. Ya sea por cuestiones de herencia, para redondear ganancias, o porque la convergencia del agro con los procesos industriales es una realidad, la mayoría de los fabricantes que forman la cúpula de la UIA tienen una charla fuera del orden del día, cada vez que se reúnen: ver cómo les va en sus propios establecimientos agropecuarios.

Es el caso de Federico Nicholson, vicepresidente 2º de la entidad, que además de ser director del complejo agroindustrial Ledesma, tiene un establecimiento agropecuario cerca de Mar del Plata; el de José Ignacio De Mendiguren, vicepresidente 3º; que tiene campos en Bahía Blanca y el de Miguel Acevedo, vicepresidente 6º, que es director de Aceitera General Deheza y tiene un establecimiento en Córdoba.

Al grupo se unen Roberto Domenech, vicepresidente 8º, titular de la cámara de los productores avícolas (CEPA) que posee establecimientos en Entre Ríos y Héctor Motta, vocal de la UIA, que participa de la misma actividad.

También se encuentran Roberto Arano, dueño de la fabrica de juegos Yetem, que tiene una explotación ganadera en Maipú y el titular de Fiat, Cristiano Rattazi, vocal de la UIA, que tiene campos en Tandil. El más envidiado es el ex Dow, Oscar Vignart, vocal de la UIA, que tiene plantaciones de vid en Mendoza, además de una bodega.

http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0245/articulo.php?art=6392&ed=0245

Ciudadanos y Metecos; diferencias entre la Colonización anglosajona y argentina.


Los detentadores de la franquicia liberal en la Argentina, viven comparándonos con Australia y Canadá.

Situación que viene dándose desde hace unos 30 años, aunque recuerdo cuando todavía nos comparaban con Estados Unidos, a principios de lo 70.

Es cierto que los tres países anglosajones, comparten con la Argentina su origen inmigratorio.

Pero olvidan mencionar las diferencias en las políticas de integración; que no es, precisamente, un dato menor.

Estados Unidos siempre exigió, a sus inmigrantes, que se convirtieran en ciudadanos.

Estaban obligados a romper con el pasado, el melting pot de Henry Ford; que este último escenifica en sus fábricas.

La estatua de la Libertad, tenía el mismo eslogan que la puerta del infierno de Dante.

Lasciate ogne speranza, voi ch’intrate’

Canadá, Australia y Nueva Zelanda, las Colonias blancas, te otorgaban el estatus de “Súbditos” de su Majestad.

Como Londres no quería repetir los errores del 1ª Imperio, la secesión de las 13 Colonias, les reconocia a estos Súbditos el derecho a autogobernarse en cuestiones domesticas.

Proceso que los llevo, con el tiempo, a convertirse en Dominios.

En nuestro país, nunca se exigió la ciudadanía para poder radicarse en él; pero no se trataba de un gesto de comprensión, sino que la idea era replicar la vieja Atenas.

No es casual, que el epíteto de las Clases Dominantes les daban a los hijos de inmigrantes que acompañaron a Yrigoyen en su primer gobierno.

Metecos.

Debían pagar un impuesto especial (τò μeτoíkιoν) y no podían disponer de propiedades inmobiliarias, excepto si tenían el privilegio de la σoτέλεια (igualdad de impuestos).

Carecían de derechos políticos, pero estaban obligados a las mismas cargas que los ciudadanos en razón de su riqueza.

Se dedicaban a actividades económicas no agrícolas (comerciantes, artesanos).

En caso de problemas, debe dirigirse al próxeno, ciudadano protector de los ciudadanos de otra ciudad.

Así, Cimón es el próxeno de Esparta en Atenas.

Un tratado bilateral de hospitalidad (ξενία xenía) puede ser concluido entre dos ciudades.

El extranjero de paso puede convertirse en meteco al cabo de un mes de residencia.

Si el meteco ateniense puede quedarse en Atenas toda su vida, los metecos de otras ciudades son menos favorecidos: las expulsiones no son raras, Esparta practicaba regularmente la xenelasia, expulsión general de extranjeros.

Se encuentra a menudo al meteco en los oficios del comercio o de las finanzas, y forman una buena parte de los empleados administrativos.

Numeroso son igualmente los meteco ricos, al punto que la figura del meteco advenedizo y arrogante se convierte en un clásico de las comedias griegas.

http://es.wikipedia.org/wiki/Meteco

Por eso no es extraño, que el argentino de origen europeo, siempre mantenga el anhelo del Indiano.

http://es.wikipedia.org/wiki/Indiano

Fue alentado desde el Poder, en nuestro país.

Ir a los países anglosajones, era renunciar la regreso, mientras que en la Argentina, era hacer la América.

Los tímidos intentos de distribución de tierras, a través de las políticas de colonización, se interrumpieron cuando se termino la Conquista del Desierto.

La agricultura solo era parte de la rotación de la Ganadería, mediante los infames arrendamientos.

http://es.wikipedia.org/wiki/Grito_de_Alcorta

Llegamos al colmo de la migración Golondrina, donde los braceros venían de Italia y España en contra temporada.

http://es.wikipedia.org/wiki/Emigraci%C3%B3n_golondrina

Solo en el NEA se continúo con la colonización, no eran territorios aptos para los vacunos británicos; pero estaban bajo el control de facto de las compañías como La Forestal, o Casares y Cia.

También, a diferencia de los anglosajones, los Territorios Nacionales mantuvieron el Status subordinado por un tiempo mayor al prudente.

Los anglosajones le daban la autonomía a las unidades subnacionales, a menos de 15 años de su colonización.

Como decía en 1912 Carlos Rodríguez Larreta :

"Si mi peón hubiera tenido la misma acción que yo para resolver los problemas económicos internacionales, o políticos del país, habríamos estado viviendo bajo un régimen absurdo.

No ha sido así, gracias a Dios, porque yo he dirigido a mi peón.

Pero el voto secreto lo independiza, al privarlo de una influencia saludable y legítima...

Y lo malo es que, a menudo no tenemos un solo peón sino varios, y que algunos tienen muchos".

http://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_obrero_argentino

Los inmigrantes y sus hijos nacidos en el país, solo tenían derecho a enriquecerse, pero no a participar de la política; es decir manejar los destinos de la Patria.

http://www.camdipsalta.gov.ar/INFSALTA/libros/cap6.htm

Por eso, ante el riesgo del Cosmopoliticismo, ya en los años 80 comienza como reacción la defensa del Criollismo y más tarde la Defensa de los Valores Nacionales.

La plebe ultramarina que a semejanza de los mendigos ingratos, nos armaba escándalo en el zaguán, desató contra mí al instante sus cómplices mulatos y sus sectarios mestizos” (Lugones, 15)

Lo más atrasado de Europa, los campesinos y gente ligera de las ciudades, es lo primero que emigra.

Véalo.

En el desembarcadero [...]

El labriego español, irlandés o francés, viene a Santa Fe a saber lo que es maquinaria agrícola, y a aprender a manejarla, porque en su país y en su comarca deja todavía el rudo implemento primitivo [...]

Pero lo que la emigración no nos trae es educación política de que carecen las masas en general aunque en Inglaterra esté difundida y comience a generalizarse en Francia, Alemania, etc……

Sarmiento (El Diario, 12 de septiembre de 1887)

http://www.maclas.vcu.edu/journal/Vol%20XVI/mcgill.dwt

Los poseedores de la franquicia liberal, no quieren recordar al Sarmiento de “Condición del extranjero en América” y “Conflicto y armonías de razas en América”.

http://www.cervantesvirtual.com/FichaAutor.html?Ref=50

La interacción y coordinación, entre los proletariados urbanos y campesinos llega su punto culminante en 1920.

Simultáneamente, en 1920 la FORA del IX Congreso celebró un Pacto de Solidaridad con la Federación Agraria Argentina, organización representativa de los chacareros, arrendatarios y pequeños agricultores, en constante lucha contra los grandes propietarios de tierras (Luna 1964, 219).

http://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_obrero_argentino

Con la llegada del peronismo al Poder, y la promulgación de sus leyes sobre el Peón Rural y los Arrendamientos, la conflictividad disminuyo.

http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1515-59942002000200002

http://mundoagrario_old.fahce.unlp.edu.ar/nro4/Gutierrez.htm

Los viejos arrendatarios, que poco a poco se fueron convirtiendo en propietarios, terminaron asimilando los valores del “Campo”.

Como decía Jauretche hace 40 años.

En esto de producir, tenemos muchos productores rurales por el estilo que creen que la condición de productor la da la propiedad de una estancia, unos breeches y unas botas de polo, que viven en la ciudad -"porque mi señora dice que hay que educar a los chicos"- y dan una vuelta por el campo cada quince días.

Productores rurales son los que trabajan y producen en el campo, que pueden ser patrones o peones, pero no los que no intervienen en la producción sino como propietarios, y que son rentistas aunque no arrienden.

Y ya no desde la posición marginal del tipo del portafolio, sino empinándose como "fuerza viva" sobre la que descansa la economía del país.

A pesar de su admiración por los Farmer’s y los Paysans; que toman por modelos, olvidan el aspecto político de estos prototipos.

No es casual, que las primarias para la elección de candidatos en Estados Unidos comiencen en Iowa.

Iowa representa tradicionalmente la primera prueba real de la campaña electoral estadounidense, ya que el desempeño en la votación de ese pequeño Estado rural es para muchos candidatos decisivo para continuar en la carrera hacia la Casa Blanca.

Los caucus son cientos de asambleas partidarias en las que se designa públicamente a los delegados que representarán a cada aspirante en la Convención del partido, donde se define la candidatura presidencial.”

http://www.terra.com/noticias/articulo/html/act1014061.htm

Desde hace mas de un siglo y medio, fin de la Guerra Civil, que han convertido la participación política en una herramienta defensiva contra los Monopolios y los intentos de concentración económica.

La Sherman Act; las leyes de Defensa de la Competencia y el Consumidor, el activismo contra el Patrón Oro; etc.

Ya es proverbial la inquina contra Wall St.; los Morgan y la Standard Oil.

El amigo Ajy, plantea correctamente en lo de Mariano T, el problema de la eficiencia.

El tamaño es importante, refiriéndose a la escala, por supuesto. ;-P

John Davison Rockefeller y John Pierpont Morgan, pretendían organizar y ordenar la actividad económica en base a la eficiencia, ganado unos dólares en el proceso.

Más que una montaña de efectivo, su capacidad de fuego se fundamentaba, en una dirección y coordinación superiores.

La utilización de medios antitéticos, para nuestros días, era de uso común en su época.

Corrupción de funcionarios, información privilegiada, extorsión, amenazas, engaños, precios preferenciales, etc.

La frase, “una propuesta que no podrá rechazar” era la “política oficial” de la SO con la competencia.

http://en.wikipedia.org/wiki/J._P._Morgan

http://en.wikipedia.org/wiki/John_D._Rockefeller

Asociación o Ruina, más tarde fue copiada por el Crimen Organizado.

No hay que olvidar que el sueño de Luciano y Lansky era cotizar en Wall St, como cualquier otra actividad concentrada y monopólica.

También influyeron, con el modelo de los Trush, en la concentración de la economía alemana y soviética.

Pero los expulsados del Mercado no se fueron al rincón, como predecía la Teoría de la Mano Invisible, reaccionaron políticamente.

Sin embargo, la existencia del patrón oro provocaba inflación —teoría cuantitativa del dinero— lo que provocó que EE.UU., donde la agricultura y los dueños de minas de plata presionaban, celebrara una conferencia en 1878 para volver al bimetalismo.

Dada la oposición de Gran Bretaña y Alemania que no asistió, este intento no tuvo éxito.

Finalmente, hay que tener en cuenta las presiones ejercidas por la población, sobre todo en EE.UU.

El sufragio universal masculino aumentó la influencia del pequeño campesino, crítico con la inflación.

Con el apoyo de la minería de plata lograron durante un breve período que se pudieran emitir monedas de plata —Sherman Silver Purchase Act—.

No obstante, la huida de capitales provocó que se derogara esa ley el 1 de noviembre de 1893.

Finalmente, los descubrimientos de oro en Australia, Suráfica y Alaska provocaron la subida de los precios.

http://es.wikipedia.org/wiki/Patr%C3%B3n_oro

http://en.wikipedia.org/wiki/Silver_Republican_Party

http://en.wikipedia.org/wiki/Free_Silver

No tiene sentido asombrarse por la politización de los chacareros, llevan 60 años de atraso.

Queda en ellos, si quieren seguir siendo furgón de cola de la Oligarquía, o convertirse en una de las fuerzas modernizadoras de la Argentina.

Un tema interesante, las estampillas de alimentos; que es el equivalente a la caja PAN, en USA la maneja el Departamento de Agricultura. ;-P

Todos los Gastos Sociales podrán ser recortados, menos este Programa; muchos diputados podrían perder su reelección.

Jauretche y las deserciones burguesas

Si un análisis político sigue siendo valido, cuarenta años después de ser emitido, significa que las condiciones que lo originaron siguen existiendo.

El Medio Pelo, de Don Arturo, mantiene su validez.

Explica perfectamente la cooptación de menemismo, variante de los Feudales; y los infructuosos intentos de los últimos años, del postmenemisno “de pertenecer”, en su versión de “serios y previsibles”.

Su descripción “del hombre del portafolio”, anticipa en mas de 10 años, a los “gerenciadores” que llegaron a su clímax a partir del Proceso; y aun hoy se presentan como Empresarios.

Nacionales o defensores del Mercado, según el gobierno de turno.

“Andan a la búsqueda de enganchar algo, intermediar en alguna operación cualquiera para ganar una comisión, y muchas veces intermediando entre intermediarios”

Nuestra Economía fracturada, es más que nunca “…puntas sueltas, mallas erradas en la enorme red de intermediación que es Buenos Aires”

Inclusive sigue siendo valida la definición, tan de actualidad, de Productor.

“En esto de producir, tenemos muchos productores rurales por el estilo que creen que la condición de productor la da la propiedad de una estancia, unos breeches y unas botas de polo, que viven en la ciudad -"porque mi señora dice que hay que educar a los chicos"- y dan una vuelta por el campo cada quince días.

Productores rurales son los que trabajan y producen en el campo, que pueden ser patrones o peones, pero no los que no intervienen en la producción sino como propietarios, y que son rentistas aunque no arrienden.

Estos también son de los que dicen que los "obreros" no producen.

Y ya no desde la posición marginal del tipo del portafolio, sino empinándose como "fuerza viva" sobre la que descansa la economía del país”.

Espero que disfruten, y les sirva para comprender porque aun seguimos esperando a la Burguesía Nacional.

“A un cuarto de siglo de la entrada del país al capitalismo, debemos recordar que el capitalismo naciente en la Argentina fue ajeno en sus hombres al hecho histórico que lo provocaba, produciéndose la paradoja de que le correspondiese a la clase obrera abrir la etapa del desarrollo económico burgués.

Más aún: la nueva burguesía sigue aún incapacitada para jugar su papel, y es precisamente porque en la medida que asciende, pierde conciencia de su propia realidad para hacer suya la imagen de importancia que le presenta el tilingo”.



CONFIRMADO me propuso este tema.

Pensé entonces que era la oportunidad para ofrecer una respuesta, entre las muchas que pueden articularse, a un interrogante que plantea José Luis de Imaz en Los que mandan;

"¿Por qué, no obstante su peso económico, su rol en la modernización, y haber sido innovadores tecnológicos, los empresarios no pesan en la vida del país?".

O pesan al revés.

Este es el caso de ciertos tipos de grupos económicos capitalistas, adscriptos a la política de la Sociedad Rural, ya consolidados dentro del viejo sistema agro-importador, que prefieren un mercado interno pobre en condiciones de monopolio a un mercado en crecimiento en condiciones de competencia, como los que apoyaron la política de contención del progreso en las Juntas Reguladoras de la Década Infame.

Sólo que éstos sí saben lo que quieren.

Pero no voy a hablar de economía, sino del tema propuesto; de la forma en que la tilinguería impone sus pautas, y cómo ellas están perturbando el desarrollo de la inteligencia nacional y sus impulsos creadores.

Y ésta es cosa de que debe tomar cuenta también el político militante, si es que no sabe que el comité ha muerto definitivamente.

Porque los estados de opinión, entre los cuales tiene importancia fundamental el slogan que surge de la cuestión de los status, pesan mucho más que una recluta que sólo vale para las elecciones internas.

En el Espasa Calpe se lee tilingo:

"Argentinismo: Insustancial, ligero, que habla muchas tonterías".

Segovia, en su Diccionario de Argentinismo", expresa:

"Dícese de la persona simple y ligera que suele hablar muchas tonterías".

Los paisanos, de un tipo así, dicen;

"Hombre sin fundamento".

Don Hipólito -desde luego, Yrigoyen es el Hipólito por antonomasia- decía "palangana".

Supongo a esta expresión tradicional y fundada en la poca cosa y mucho ruido de la enlosada al caer retumbante.
Usted lo conoce al tilingo.

Y si no lo conoce, ahí lo tiene al lado, en esta mesa de un café céntrico donde se han sentado cuatro o cinco tipos con portafolios.
Algún día habrá que escribir la historia del hombre del portafolio.

Hubo la etapa de la posguerra con los "ingenieri" italianos recién llegados que escondían bajo el cuero -con una sugestión de planos y patentes de invención- el sandwich de milanesa del almuerzo.

Ahora es posible que el portafolio contenga la cuarenta y cinco persuasiva, o la concluyente tartamuda portátil.
Pero esos que están en la mesa de al lado sólo llevan allí sueños, proyectos, hipotéticas transacciones.

Andan a la búsqueda de enganchar algo, intermediar en alguna operación cualquiera para ganar una comisión, y muchas veces intermediando entre intermediarios.

Generalmente se ayudan con el teléfono de un amigo que tiene escritorio y al que han pedido permiso para que les "dejen dicho".

Ese teléfono, la mesa del café y el portafolio constituyen su establecimiento comercial.
Mientras llega "el asunto*', hablan de fútbol, de carreras, de política, de economía.
Cuando tocan estos dos temas últimos, nunca faltará quien diga:

"Lo que pasa es que los obreros no producen".

Ahí está el tilingo.
No se le ha ocurrido averiguar qué es lo que él produce y qué producen todos ellos, puntas sueltas, mallas erradas en la enorme red de intermediación que es Buenos Aires.
Que un tipo que no produce diga, en una reunión de tipos que no producen, que no producen los únicos que producen algo, es tilinguería.

En esto de producir, tenemos muchos productores rurales por el estilo que creen que la condición de productor la da la propiedad de una estancia, unos breeches y unas botas de polo, que viven en la ciudad -"porque mi señora dice que hay que educar a los chicos"- y dan una vuelta por el campo cada quince días.

Productores rurales son los que trabajan y producen en el campo, que pueden ser patrones o peones, pero no los que no intervienen en la producción sino como propietarios, y que son rentistas aunque no arrienden.

Estos también son de los que dicen que los "obreros" no producen.

Y ya no desde la posición marginal del tipo del portafolio, sino empinándose como "fuerza viva" sobre la que descansa la economía del país.
Inevitablemente, éstos y otros representantes de la tilinguería son los que, ante la menor dificultad, califican al país:

"Este país . de m...", colocándose fuera del mistao a los efectos de la adjetivación. Y la verdad es que el país lo único que tiene de eso son ellos: los tilingos.

El racismo es otra forma frecuente de la tilinguería.

La tilinguería racista no es de ahora y tiene la tradición histórica de todo el liberalismo.

Su padre más conocido es Sarmiento, y ese racismo está contenido implícitamente en el pueril dilema de "civilización y barbarie".

Todo lo respetable es del Norte de Europa, y lo intolerable, español o americano, mayormente si mestizo.

De allí la imagen del mundo distribuido por la enseñanza y todos los medios de formación de la inteligencia que han manejado la superestructura cultural del país.
Recuerdo que cuando cayó Frondizi, uno de esos tilingos racistas me dijo, en medio de su euforia:
-¡Por fin cayó el italiano!

Se quedó un poco perplejo cuando yo le contesté:
-¡Sí!, lo volteó Poggi.
Muchos estábamos enfrentados a Frondizi; pero es bueno que no nos confundan con estos otros que al margen de la realidad argentina, tan italiana en el presidente como en el general que lo volteó, sólo se guiaban por los esquemas de su tilinguería.
Ernesto Sábato, con buen humor, pero tal vez respirando por la herida, ha dicho en Sobre héroes y tumbas más o menos lo siguiente:

"Más vale descender de un chanchero de Bayona llamado Vignau, que de un profesor de filosofía napolitano".

La cita me chocó en mi trasfondo tilingo (fui a la misma escuela y leí la misma literatura) porque tengo una abuela bearnesa también Vignau, tal vez más que por lo de Bayona, por lo de chanchero (vuelvo a recordar que fui a la misma escuela, etcétera).
La verdad que ni el presidente ni el general son italianos.

Simplemente son argentinos de esta Argentina real que los liberales apuraron cortando las raíces.
Pero la idea liberal o sarmientina no era ésa.

Ella tenía, y tiene, una escala de valores raciales que se identifican por los apellidos cuando son extranjeros.

Arriba están los nórdicos -con escandinavos, anglosajones y germánicos-; después siguen los franceses; y después los bearneses y los vascos; más abajo los españoles y los italianos, y al último, muy lejos, los turcos y los judíos.

Cuando yo era chiquilín nunca oí nombrar a un inglés -que generalmente era irlandés, pero la diferencia era muy sutil para entonces- sin decir "Don", aunque estuviera "mamao hasta las patas".

El francés, a veces, ligaba el Don; y en ocasiones, el vasco.

Jamás el español, que era "gallego de...", lo mismo que el italiano "gringo de...".

¡Para qué hablar del turco y del ruso.'
En La condición del extranjero en América, Sarmiento parece revisar sus tesis sobre la inmigración.

Pero no nos engañemos: se sintió defraudado por la misma porque vino del Mediodía de Europa.

El hubiera querido una inmigración de arquetipos, y los arquetipos son los que estaban en lo alto de su escalera antiamericana y antiespañola.
Afortunadamente fracasó, y eso es lo que nos ha salvado como nación.

En algún lugar he recordado las palabras de Hornero Manzi cuando me dijo:
-Lo que nos ha salvado es la actitud del italiano y el turco, que en lugar de proponerse como arquetipos, propusieron como tal al gaucho; así, en el ridículo del cocoliche se nacionalizaron en lugar de desnacionalizarnos.
Sólo falta imaginar lo que hubiera ocurrido si las pampas y las aldeas se hubieran poblado de los ejemplares arquetipos deseados por ese racismo, con la actitud de obsecuencia de las generaciones liberales para todo lo foráneo.
Ya se ha dicho que esa tilinguería racista viene de lejos.
Pero se acentúa cuando se producen cambios sociales.

Entonces, la tilinguería se exacerba en una peyorativa actitud racista.

Pasó con el acceso al poder del radicalismo.

Los tilingos de entonces cargaron el acento sobre los apellidos italianos de la nueva promoción política suscitada con el ascenso de la clase media: la pequeña burguesía inmigratoria y los doctores de primera napa nacional,
La oposición conservadora adoptó un aire peyorativo que se tradujo en toda una literatura política, que fue del periódico -La Mañana y La Fronda, sucesivamente, fueron sus expresiones más calificadas- hasta el discurso parlamentario.

Se jugaba, por ejemplo, con la equívoca significación de algunos apellidos; así, la triple fórmula Coulom-Coulin-Culacciatti, que integraba, con la igual finalidad peyorativa hacia los criollos desconocidos, don Julio del C. Moreno -un personaje riojano- completaba el ridículo en la imagen anal.

Hasta cuando el apellido era patricio se lo modificaba para ponerlo a tono: así, padeciendo Yrigoyen de un posible mal de las vías urinarias, el doctor Meabe, su médico de cabecera, se convertía en el doctor Meabene para adecuarlo a la cita siguiente que era la de un correligionario de la 3a Don Plácido Meo.
En realidad, para los que lo escribían no se trataba de otra cosa que de un recurso humorístico. Pero para el tilingo de entonces el fundamento más real, el que más invocaba, el que más jugaba, era ese de los "gringos",

Y lo de "gringos" sólo jugaba para los descendientes de inmigrantes provenientes del Mediodía de Europa.

No para los otros.
Pasó mucha agua bajo los puentes, y vino otro movimiento multitudinario: el de 1945.

Ya los gringos se habían incorporado y su presencia política no lesionaba a la tilinguería, no sé si es porque de las nuevas promociones ascendentes habían salido también promociones de tilingos.

Sólo así puede explicarse que un hijo de italianos -Sammartino- haya hablado despectivamente de los "negros" al referirse al "aluvión zoológico", en una caracterización evidentemente racial y peyorativa, cuando aún estaba fresca la tinta que lo había calificado a él también peyorativamente.
Que "el gringuito" de unos pocos años atrás se sienta vieja clase frente a los descendientes de los conquistadores en la confrontación de sus apellidos no revela simplemente que "el gringuito" se ha incorporado a la tilinguería.

Lo grave es que se ha frustrado como guarango.

Y la guaranguería es la espontaneidad de las nuevas clases, de las promociones que irrumpen con cada ascenso de la sociedad, porque los dos grandes movimientos populares del siglo -el de 1914-16 y el de 1943-45- han sido la expresión de eso: de ascensos masivos.

Usted puede hacer un fácil test.

Yo lo he hecho.

No corresponde aquí desentrañar las raíces económico-sociales de los dos hechos históricos; ni siquiera la coincidencia con las dos guerras mundiales que nos aislaron de los países arquetipos en una neutralidad intolerable para los tilingos, pero que dio las bases para una consolidación propia.
Sé que un fulano se ha gastado 15 millones de pesos en un departamento de la Avenida del Libertador.

Nos encontramos y le adivino la intención de informarme de su compra, como corresponde al guarango.

Pero yo quiero saber si está frustrado como tal y lo madrugo diciéndole antes de que me dé la noticia:
-Estoy muy afligido por un amigo que se ha gastado más de 10 millones en un departamento de la Avenida del Libertador...
-¿Y por qué se aflige? -me pregunta inquieto.

Le contesto:
-Y... porque la Avenida del Libertador no es "bien"...
-Pero entonces..., ¿qué es "bien"? -pregunta desesperado.
-"Bien" es de la plaza San Martín hasta la Recoleta, de Santa Fe al Bajo.

Y dentro de ese radio. "bien", "muy bien", el codo aristocrático de Arroyo, como dice Mallea: Juncal, Guido, Parera. . .
Le veo en la cara al hombre que está desesperado.

Y entonces, lo remato:
-La Avenida del Libertador es como tener un leopardo de tapicería sobre el respaldo del asiento trasero del coche.
El leopardo lo tiró a la vuelta.

Del departamento no sé.
Pienso que lo hecho es una crueldad, pero la investigación "científica" es así.. ., cruel como la vivisección.
Yo quería saber si el hombre era un burgués con toda la barba o un tímido burguesito en camino de terminar en tilingo.

El que es verdaderamente burgués sigue adelante, cumple su gusto, se realiza con la arrogancia del vencedor y compra en la Avenida del Libertador, precisamente porque es caro, porque acredita su victoria y la prestigia ante los burgueses.

Si quiere barrio, compra; y si quiere apellido y mujer distinguida, compra también.

Podría citar casos.

Pero no se achica, se disminuye; no se acomoda a los esquemas y limitaciones de los tilingos.
De aquí que mientras en Europa y en Estados Unidos un banquero o un industrial miran a un ganadero como un "juntabosta", aquí el ganadero lo mira por arriba del hombro al empresario. Y el empresario, que quiere ser "bien", se ve obligado a comprar estancia, a tener cabaña -así sea de perros-, porque sólo por la Rural, y tal vez por el Kennel Club, puede lograr ascenso social que apetece.
Lógicamente esta burguesía, desde que imita a la vieja clase, se somete a todas sus normas y, por consecuencia, también en política.
Ese sometimiento y esa adhesión a las viejas clases -incongruente económicamente- no sólo se ejerce verticalmente.

También horizontalmente, cuando contemplamos la geografía social del país.
Así, los titulares de los intereses vitivinícolas de Cuyo y los tabacaleros, azucareros y fruticultores del Norte, que necesitan un mercado interno de alto poder de compra -es decir, que el Litoral desarrolle una política de alto nivel de vida-, están ligados políticamente a los conservadores del Litoral, gobernados por cabañeros e invernadores cuya tendencia es producir a bajo costo en un mercado de poco poder adquisitivo para cumplir la función asignada en la división internacional del trabajo como abastecedores ultramarinos de las metrópolis.

Esta incongruencia es difícil de explicar, pero no son ajenos a ella el prestigio social del Litoral y la incapacidad burguesa de los del interior en los respectivos grupos patronales.

Esta gente de Cuyo y del Norte es muchas veces portadora de apellidos españoles de abolengo arribeño, de mucho mayor cotización histórica que los abajeños del puerto.

Pero queriendo asimilarse a la alta clase del puerto se han sometido a las normas políticas e ideológicas de los principales.

De "bien" provincianos, quieren ser "bien" en la Capital.

¿Cómo extrañar entonces que los guarangos frustrados del Litoral se hagan tilingos, si la misma tilinguería la padecen muchos aristocráticos descendientes de la Conquista por el Perú?
La tilinguería cotiza una marca de vino, un tabaco, un pomelo, o una palta, muy por debajo de un toro lleno de medallas.

Se entra muy bien en la alta sociedad llevando de la rienda al toro, pero es difícil mostrando una botella de vino por lujosa que sea la etiqueta, por más sugestiones de chateau que evoque, tanto en la presentación como en la exquisita calidad del producto.
A un cuarto de siglo de la entrada del país al capitalismo, debemos recordar que el capitalismo naciente en la Argentina fue ajeno en sus hombres al hecho histórico que lo provocaba, produciéndose la paradoja de que le correspondiese a la clase obrera abrir la etapa del desarrollo económico burgués.

Más aún: la nueva burguesía sigue aún incapacitada para jugar su papel, y es precisamente porque en la medida que asciende, pierde conciencia de su propia realidad para hacer suya la imagen de importancia que le presenta el tilingo.

Se queda en el "medio pelo" y, rechazando el triunfo burgués, se adecúa al remedo, a la imitación de la alta clase con la que cree tomar contacto cuando se acomoda a la imagen de alta sociedad que le brindan los declasados.
Hubo un tiempo en que los venidos a menos económica y socialmente se jactaban de ser un pequeño sector domiciliado en el "Palacio de los Patos" de la calle Ugarteche.

Ahora se han multiplicado. desde detrás de la Recoleta hasta San Fernando, a lo largo de las vías del Central Argentino.

(Lo designo así porque la nueva nominación ferroviaria es completamente tilinga, aunque la hayan hecho los guarangos, lo que prueba que, en esta materia, todos tenemos tejado de vidrio.)
Landrú ha identificado perfectamente los personajes describiendo en el "gordi" y el "mersa" la oposición tilinguería-guaranguería.

El botellero próspero, con su Valiant resplandeciente, es feliz echándole soda al vino de marca, ocupando las mesas de los restaurantes caros, hablando fuerte de lo que dijo-"su señora", mientras "cena".

Está en el camino de constituir una burguesía.

Todavía no tiene conciencia de que constituye un sector de la sociedad correspondiente a una etapa de la economía, y no ha alcanzado a comprender la correspondencia de sus intereses personales con los intereses de su grupo.

Hijo de sus aptitudes capitalistas -aunque muchas veces también más de la inflación que de su capacidad, o de equívocas actividades comerciales-, está en el camino de constituir una burguesía.

Pero en el momento de definirse como burgués y adquirir la psicología correspondiente, nota el contraste de sus gustos y normas con lo que es "bien".

Desde que se ha mudado al barrio Norte, desde Gerli o Quilmes, y la "señora" ha olvidado la batea deslumbrada por la máquina de lavar, ha hecho nuevos contactos que le dan la idea de una meta social que tiene que alcanzar.

Comienza él también a añorar la época en que "el servicio daba gusto" y en que el obrero -el "negro"- se mantenía "donde debe estar".

Olvida de inmediato que es precisamente ese cambio el padre de su prosperidad y de su posibilidad de acceso a niveles más altos.

Más aún. que el mantenimiento de ese cambio y su profundización es su única garantía.

Quiere dejar de ser "mersa" y sólo logra ser "gordi".

E inmediatamente tiene el complejo político del "gordi", a quien comienza a imitar.
Y comienza a imitar a una imitación, tomando por modelo las malas copias.

Porque la tilinguería constituida por las "gordis" no es ni remotamente la alta clase a la que cree aproximarse.
Desde la época en que los declasados se refugiaban en la calle Ugarteche, todo el "Norte" liminar se ha llenado de falsos declasados.

Se ha constituido un sector social entero que vive en la convención de que "todo tiempo pasado fue mejor" en aquella "Jauja" retrospectiva -"cuando la tía Leonor tenía Lando"-; de miles de familias que se aterran al recuerdo de un ascendiente que figuró algo en la segunda y la tercera línea de los amanuenses de la oligarquía,

Descendientes de militares -un oficio generalmente despreciado por la alta clase-, de secretarios de juzgados, directores de oficinas, bancarios pueblerinos y hasta de conscriptos de Curu-malal, se han construido imaginativamente un pasado señoril que tratan de revivir en una vida forzada que absorbe casi todos sus recursos en gastos de representación.

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