sábado, 30 de junio de 2007

Peron y la incertidumbre



"Toda mi vida me la pase preguntandome que había detrás de la próxima colina".
Duque de Wellington

Cuando llego en Noviembre de 1972, fue recluido en el Hotel Internacional de Ezeiza.

Varios cientos de tropas, lo rodeaban apuntando con ametralladoras pesadas, no se tenia información del exterior.

Por intermedio de Juan Esquer, suboficial retirado y jefe de su guardia personal, llama a dos de los custodios a su habitación.

El Negrito y Toto.

Entran y lo ven cerrando dos valijas.

-Camaradas, Juan me dice que son los muchachos con mas criterio de los presentes, por eso tengo una tarea para Uds.


Tomen las valijas y salgan de Ezeiza, si se lo impiden, las valijas solo deben ser entregadas a Juan.


Antes de continuar, necesitamos ver las características de los dos personajes.

Suboficiales dados de baja después de la muerte de Valle, por participar del intento de tomar Campo de Mayo.

Toto
fue torturado, atado a una silla; golpeado sin misericordia, para que denunciara a los integrantes de su grupo.

Al Negrito, suboficial de la Compañía de Comunicaciones, no le podían probar su participación.

Por eso, lo echaron a punta de fusil y con las manos en la nuca, de Campo de Mayo.

No pudo ni ir a buscar la ropa a su casa, en el Barrio de Suboficiales.

A los 30 y pico, solo tenia experiencia como lustrabotas en la vida civil.

Sus estudios se reducían a la primaria y un par de años en la escuela de Artes y Oficios.

Este Negro resentido, como él se definía, tuvo que ganarse la vida.

Después de unos años con peripecias laborales varias, entro como "apuntador" en una empresa metal mecánica.

El apuntador es el peón todo servicio, desde cargar a barrer la cuadra.

Gracias a su inteligencia, fue ascendiendo hasta llegar a Gerente de Personal.

Siguió militando y en contacto con los otros miembros de la 1° Resistencia.

Lo mismo sucedió con Toto, que también logro una situación económica holgada, y participo con Alberte de varias de las agrupaciones de la época.

Juan Esquer, que los conocía desde la época en que Peron estaba a cargo de la Escuela de Suboficiales, los convoco al igual que a otros camaradas.

Su tarea era cuidarlo al General, a su llegada a Ezeiza.

Con el Negrito, tuve la suerte de convivir muchos momentos de mi vida los últimos 25 años.

Largas mateadas, fumando, recordando y filosofando; fue un puntal en momentos muy jodidos para mí.

-Cuando el General dio esa directiva, me corrió un frío por la espalda, solo teníamos nuestros revólveres personales.

Tomamos las valijas y bajamos al hall de Hotel.

Todos los presentes nos miraron y Peron nos hizo una seña con su cabeza.

Juan, sin hablar, se puso al lado suyo y todos los compañeros tomaron posiciones.

Salimos caminando, y Toto me decía; "Negrito, ni un puto agujero donde parapetarse"

Enfrente nos apuntaban las ametralladoras pesadas.


-Pero no tenias miedo, Viejo.

-Si Gringo, estábamos cagados en las patas, no sabíamos que iba a pasar.

De la linea de enfrente empiezan a los gritos entre los aprontes, unos oficiales se nos acercan agitados.

"No pueden salir, esta prohibido, tienen que volver o disparamos"

Seguimos avanzando, se nos acercan, siguen gritando desorbitados.

Nos miramos con el Toto y pegamos media vuelta, acompañados por los oficiales.

Cuando entramos, el Viejos nos guiña el ojo y pide hablar con quien esta a cargo para que le confirmen si es prisionero.

Porque él se va a Gaspar Campos.

Mi mujer y mi hija se dan cuenta donde estoy cuando me ven por TV, hacia cuatro días que no sabían de mí.


-Pero porque los eligió a Uds dos, si casi no los conocía y para que hizo eso.

-Gringo, es de Manual, lo estudian los Aspirantes en la Escuela de Suboficiales, y te recuerdo que Peron escribió los manuales.

Si estas en una posición, aislado y sin posibilidades de recibir ordenes de la retaguardia, tenes que enviar una patrulla de reconocimiento.

Para tener información y actuar en consecuencia.

Elegís a los hombres con mas criterio, no los mas valientes.

Tu obligacion es sobrevivir, para dar oportunidad a tus camaradas de tomar las decisiones adecuadas.

Nuestro contacto anterior con el General, había sido el de suboficiales jóvenes con el Presidente de la Nación.

Pero Juan nos conocía desde hacia mas de 25 años, dentro y fuera de la milicia.

En las buenas y en las malas, y Peron confió en él, como debe confiar un Subteniente novato;en el Sargento de su pelotón.

Por eso nos llamo Camaradas, y nos dio las directivas de esa manera, para corroborar que no hiciéramos macanas.

Teníamos que actuar como milicos en campaña, no como peronistas militantes y fanáticos.

Solo eramos una patrulla de reconocimiento, para un momento decisivo.

Gringo, te
acordas lo que escribió de esas situaciones.

-En el momento de Decisión, todo es desorden, al Conductor solo le queda esperar que sus conducidos actúen con sano criterio e iniciativa.

-Los que nos rodeaban, estaban desordenados, no sabían que hacer; nadie tenia ideas ni iniciativa, demasiados años de Cuartel.

-Viejo, que tenían las valijas.

-Gringo, Peron era un turro, eran sus pilchas.

Mientras mantuvieramos las valijas en nuestro poder, teníamos la iniciativa.

El Toto y Yo, decidíamos si peleábamos a los tiros, o pegábamos la media vuelta; como hicimos, antes de que nos las quitaran.

Si nos obligaban a abrirlas a punta de pistola, que era lo que tenían que haber echo, solo verían unos calzonzillos y camisetas.

Quedarían en ridículo frente a sus soldados, habrían perdido prestigio.

Este recuerdo es para el General, Juan, Toto y tantos otros compañeros que están en el Cielo, de parte del Negrito.